domingo, 21 de mayo de 2006

Un diálogo truncado.

A veces no funciona.

Comienzas un diálogo con un bitacorero interesante, culto, curiosamente disidente. Te acostumbras a visitar su bitácora y comentar. A veces hay respuestas. Se montan pequeños diálogos...

Un día entré en la bitácora del compañero de conversación y encontré un post que tenía ya algún comentario. Contesté, se inició un diálogo... Ví cómo el tono había cambiado, me dio la sensación de que no se estaba discutiendo con lo que yo argumentaba. Intenté aclararlo... y el autor de la bitácora me dijo:

Herr Profesorr;
nos ha gustado tanto el canon de este diálogo que estamos preparando una entrada...bien adobada...

Esto me recordó a la primera vez que me llamó Herr Profesorr. Había publicado aquí un ejercicio de creación, unas invectivas en forma de haikus. El comentario que me hizo fue curioso, ¿se sentiría afectado por alguno de los haikus personalmente? Contesté y creí la cuestión aclarada.

Y llegó el post que me había prometido. Comenzaba con una personalización curiosa, "Estimado Profesor Portillo. a Propósito de lo conversado", que incluía enlace a esta bitácora. El texto, de nuevo, podéis leerlo, era una prédica general contra algo o rebatiendo algo que se supone estaba en lo que había dicho. No lo ví así, hice un largo comentario aclarando lo que consideraba malas interpretaciones, hubo contestación... A lo largo de todo este diálogo, el tono de sus comentarios sube, la descalificación a las teorías que se supone mantengo, los adjetivos usados para las mismas y para el conjunto de los seres humanos, todo da la sensación de agresividad incipiente... Al principio no le dí importancia, sólo intenté aclarar. Comentario a comentario me parece que no dialogo con la misma persona...

En esta última parte del diálogo en los comentarios al segundo post, se produjo un punto de inflexión, una radicalización del tono y los epítetos... y una declaración de superioridad frente al resto del mundo actual... Comenté que ahora ya entendía todo nuestro desencuentro, nuestro diálogo de sordos, que desde esa sabiduría elevada se sentía con derecho a descalificar al hombre de hoy en general, sin excepción ni matiz, y decidí que no respondería ya, que era inútil ("No voy a intentar despejar este sofisma, no depende de los conceptos, sino del juicio terrible que desde tu pureza profieres contra la humanidad y te da licencia para perder con las personas, tomadas en general, las buenas maneras"). La respuesta fue una acusación llena de tópicos que reproduzco aquí:

Veo, Herr Professorrr; que está usando falsas argumentaciones a falsos problemas. Y atacando a "la persona" (curiosamente, que no conoce siquiera) porque se ha quedado sin ideas.
Esto es común entre los "profesores" de filosofía..ya que fueron automatizados para enseñar sobre todo Historia de la Filosofía, pero no a filosofar. Es decir a argumentar, a seccionar conceptos con finos instrumentos quirúrgicos, que se adquiren con la auténtica dialógica socrática.
Por el canon de su blog, haikus y poemastros es obvio que le pisé algún callo sensiblón. Lo siento.
Es una lástima que este diálogo se haya truncado.

Me llamó la atención esta confirmación de mis sospechas sobre lo que había ido transcurriendo a lo largo de nuestras conversaciones. Recuerdo que no le gustó nada cuando esta bitácora comenzó a diversificarse... Por supuesto, le dejé mi despedida, que repito aquí:

Siento mucho que, de buen conversador con argumentos interesantes, hayas ido derivando hacia la imagen de lo que en la red se llama un troll. Vuelve a leer tus comentarios desde el principio y reconsidera quien tiene tendencia al uso de palabras inadecuadas para referirse a los demás, ataques personales, insultos, etc.
Es triste, pero la creencia en que uno tiene una sabiduría superior al resto lleva a veces a esos extremos. No me quedo sin palabras, pero no deseo gastarlas en este tipo de discusión que no lleva a ninguna parte.
Una despedida.

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