domingo, 9 de abril de 2006

Gracias, Julio.

Julio Cortázar ha llenado muchas tardes y muchas noches de mi vida. También alguna mañana.
¿Leyeron ustedes Rayuela? ¿Tal vez 62, modelo para armar? ¿Alguno de los cuentos? ¿O el fantástico Libro de Manuel?
Yo disfruté especialmente las Historias de Cronopios y Famas. Ese libro desaparecía cada dos por tres de mi biblioteca... me lo robaron tres veces (o no me lo devolvieron después de haberlo prestado, que viene a ser lo mismo). Volví a comprarlo cada vez, y alguna más para hacer un regalo.
De los cuentos, me sería difícil decir cuáles me impresionaron más... "El perseguidor", por supuesto, con la filosofía del tiempo que lo empapa; "Alguien que anda por ahí", simple, combativo, rozando la novela negra; "La noche boca arriba", con ese juego de historias paralelas que se entrecruzan en el que Julio es maestro...
Y los libros que parecen webs interminables: La vuelta al día en ochenta mundos, y Último round, tan llenos de fragmentos diversos y de ideas... O esa especie de bitácora: Los autonautas de la cosmopista.
O el diálogo increible de Los Reyes... ¿Leyeron Bestiario? ¿Y Queremos tanto a Glenda?
Paro aquí. Podría llenar este post de títulos que, para mí, suponen recuerdos, momentos de lectura apasionante...
Sólo voy a copiarles un poema de amor. (Sí, también Julio jugaba a esto).

LA CAMARADA

Claro que sos mi camarada
porque sos más, sos siempre más.
Hay una ruta en común, el horizonte
dibujado con lápiz de esperanza,
hay la amargura del fracaso
a la hora en que los hornos no se encienden
y hay que palear de nuevo el carbón del mañana.

Claro que sos mi camarada
porque sos la que dice no, te equivocaste,
o dice sí, está bien, vayamos.
Y porque en vos se siente que esa palabra es una
lenta, feliz, necesaria palabra:
hay cama en camarada,
y en camarada hay rada,
tuperfume en mis brazos,
tu barca anclada al lado de la mía.

Julio Cortázar,
Salvo el crepúsculo,
Madrid, Alfaguara, 1985, pág. 118

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