domingo, 4 de junio de 2006

Muy pocas veces la ciudad (simple historia "gótica")


Entró en aquel edificio. La luz era extraña. Las luces del cielo eran extrañas y de los árboles exudaba un brillo mórbido. Tendría que haberse dado cuenta, pero no lo hizo. Quería saber. Estaba obsesionado por lo que había leído en aquellos papeles antiguos que había encontrado en la carpeta que heredó de su extraño tío, el viajero, el que desapareció un día en algún confín del mundo, tras una extraña historia.


Jugó con los símbolos tal como había aprendido en el libro que encontró en el almacén de la vieja biblioteca de la ciudad. Como le indicaron los papeles de su tío, estaba escondido en una pequeña cámara secreta a la que se accedía abriendo una trampilla que se ocultaba tras la última estantería de la sección más antigua del almacén. Cuando lo solicitó, no le permitieron ir allí, así que tuvo que entrar por la noche forzando la cerradura y esquivando la mirada del guarda de seguridad. Desde aquellla noche sientió como si alguien, o algo, le estuviera siguiendo permanentemente. Comenzó a llevar siempre encima el libro y los papeles y a escapar, sentía que escapaba de lo que aún no sabía.


Cuando terminó el juego ritual con los símbolos, comenzaron a disolverse los límites de su mundo. Intentó huir de lo que ya se insinuaba, de lo que venía del otro lado, de su propio miedo. Corrió por los pasillos del edificio buscando la salida, que parecía cambiar de lugar en cada paso, cada giro, cada puerta.


Tiró los papeles y el libro en el asiento del copiloto y subió al coche. Intentaba alejarse lo más rápidamente posible de aquel edificio en el que parecía haberse abierto una puerta hacia ninguna parte, hacia la otra parte, hacia lo innombrable. Arrancó. En pocos momentos se vió envuelto en un denso tráfico, inusual para esa hora de la noche, y las luces comenzaron a variar y a confundirle hasta el terror. No pudo más. Nadie sabe qué pasó después, sólo se encontró su coche abandonado en una calle lateral de la avenida principal de la ciudad, no había nada dentro y tenía señales de haber chocado con algo. Pero no hubo denuncias ni otros coches accidentados esa noche.

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