Obras incompletas
Después de mucho escribir y de acumular escritos, dibujos, garagrafos... muchas carpetas, cuadernos improvisados... un tesoro para mi memoria. De algún modo hice desaparecer la mayor parte, lo cual me libra del rubor de leer de nuevo algunas cosas y me roba el placer de volver a leer otras, tal vez incluso esas mismas.
Años después de esa microhecatombe, encontré alguna cosilla aquí y allá, y comencé a guardarlas, a atesorarlas, a recopilarlas en versión digital. Titulé esa recopilación Obras incompletas, porque sabía que había una gran mayoría que ya nunca estaría de nuevo a mi alcance, tal vez al de nadie. Hoy he creado una etiqueta con esa expresión para esta bitácora...
Para encabezar la recopilación que comencé a hacer, escribí un texto. Aquí lo tenéis:
o algo que se le parece.
Obras incompletas, y mucho. Por ahora sólo puedo decir que son los restos de la destrucción, de unas cuantas destrucciones. Algunas de las crisis rompedoras fueron motivadas por criterios estéticos, otras por estupideces psicológicas.¡Qué más da! El caso es que aquí están los restos que sobreviven a la última de las cribas. El resto, en la diáspora, en cartas que quizás hayan roto sus destinatarios, en revistas de tirada superlimitada, hechas casi a mano, en servilletas de bar perdidas en el olvido.
Supongo que si algún día encuentro uno de esos papeles perdidos podré incluirlo en este lote.
Por ahora, nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario