martes, 21 de marzo de 2006

Un soneto socioteológico de García Calvo

Un poco Zen, un poco Tao, de fondo teísta, pero "en artista", pone en cuestión el mundo y sus herencias, el Yo y lo que haga falta. El Sermón de ser y no ser de Agustín García Calvo es uno de esos libros mágicos que se pierden en la memoria y golpean desde una esquina de la biblioteca inesperadamente. Pero, por supuesto es mucho más. Léelo y verás.

Pero, además del largo poema que dá título al libro -dos mil dieciseis versos-, en este libro hay dos sonetos, dos pequeñas joyas. Aquí tenéis la que abre el libro para animaros a buscarlo.

Enorgullécete de tu fracaso,
que sugiere lo limpio de la empresa:
luz que medra en la noche, más espesa
hace la sombra, y más durable acaso.

No quiso Dios que dieras ese paso,
y ya del solo intento bien le pesa;
que tropezaras y cayeras, ésa
es justicia de Dios: no le hagas caso.

¿Por lo que triunfo y lo que logro, ciego,
me nombras y me amas?: yo me niego,
y en ese espejo no me reconozco.

Yo soy el acto de quebrar la esencia:
yo soy el que no soy. Yo no conozco
más modo de virtud que la impotencia.

Agustín García Calvo, Sermón de ser y no ser,
Madrid, Editorial Lucina, 1980, pág. 15

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