lunes, 27 de marzo de 2006

La bitácora como historia (¿2?) Prehistoria de esta bitácora.

Por trabajo entré en contacto hace unos años con las bitácoras, con las blogs. Yo organizaba cursos de formación para profesorado de Educación Secundaria, aún lo hago, y organicé uno con Gabriel, sobre el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación en la enseñanza de la Filosofía y la Ética. Ya había escuchado algo sobre unos diarios on line, incluso había visto alguno... Pero en ese curso estuvimos hablando un poco sobre las blogs... (sólo un poco, porque trabajamos más sobre otras páginas, las webquest, las cazas del tesoro).

Un poco después, le propuse a Gabriel un curso panorámico que tratara sobre varias cosas relativas a la Filosofía: Filosofía y Género, Filosofía y TICs, Filosofía Práctica, orientación filosófica, Filosofía para Niños... Gabriel hizo una bitácora para apoyar al curso a la que llamamos Didáctica de la Filosofía, y fue repartiendo la clave de acceso entre las personas más implicadas, entre las personas que formamos a partir de ahí un grupo de trabajo... Y la bitácora fue creciendo en diversidad y cantidad de posts, temas, enlaces, autores y autoras... Me enganché un poco a la sana costumbre de expresar, de buscar, de inventar, de compartir...

Pasó el tiempo y quise más. Quise una bitácora propia donde jugar, desde donde hablar... Y me puse a buscar por ahí entre los servicios de blogs que estaban, entonces, disponibles. Y creé una primera versión llamada Turangawaewae, en acelblog. Era una blog divertida en la que varios usuarios (Hare, Ngaio, Mate, Oviri, Vlastadt, Dilinn Eanchail, Wotan...), salidos de mis diversas mitologías personales, de mis poemas de adolescentes o de algunos idiomas que me fascinan, dialogaban, exponían, se comentaban... Fué divertido el día en que se presentó Ngaio, el único usuario femenino. Al post de presentación le salió inmediatamente un comentario de un pretendiente que se vendía bien: soy coeducado y sensible...

Pero mi vida cambió radicalmente. Si me dió por castigarme o por ahorrar el tiempo que dedicaba a jugar con mi blog, si fue necesidad de recogerme, de retirarme del escaparate, no lo sé. Tal vez todo, tal vez cualquiera de las mezclas posibles, o, simplemente, falta de ganas... El caso es que vacié la blog post a post. Y dejé un armazón vacío con el nombre y un sólo usuario, sin categorías clasificatorias, sin posts, sin fotos... Intenté darme de baja, pero entonces lo descubrí: no había manera.

Pasó el tiempo y blogueaba al servicio de la Filosofía en nuestra blog colectiva... Pero no era bastante para mí. Decidí recuperar la blog personal... ¡Imposible! Acelblog estaba con problemas, inmanejable... Comencé a buscar alternativas. Hice un experimento en aunaocio, que terminé borrando; monté Marginalia en zoomblog, pero no me satisfizo (y además encontré en una búsqueda miles de marginalias más); curioseé Canalblog, un servidor francés, y allí hice la primera blog a la que llamé Nómadas, que abandoné también por el omnipresente banner publicitario desde el que una simpática desconocida me miraba... Ahora estas tres blogs se llaman cosas como "Ya no vivo aquí", "Me he mudado a otro lado" o "La mudanza ha terminado", y tienen sólo una disculpa amable y unos enlaces a esta bitácora, a la de Didáctica de la Filosofía y a Nos hacen, nos hacemos, una web de Ética que hice hace tiempo como práctica de un curso de html.

Pedí consejo, y me indicaron blogger y bitácoras. La segunda tiene ahora las altas desactivadas... Aquí estoy.

(Aunque salgo corriendo, que es la hora de irme al trabajo).

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