¡Estamos pensando!
Los estudiantes de filosofía y los profanos que nos honran con su atención se espantan de nuestra holgazanería, nuestra ociosidad. ¡Estamos pensando! Pensadores de sillón. Aporreadores de máquinas. De acuerdo con que no valemos mucho. Pero tampoco saquemos las cosas de quicio. Sin un poco de filosofía de sillón, sin un poco de este ocio, que es bastante trabajoso por lo demás, faltaría una pieza importante en el rompecabezas. No queremos ser filósofos-reyes, nos conformamos con ser filósofos-fontaneros, o filósofos-tocadores de flauta. Que se nos escuche alguna vez es todo lo que pedimos, aunque somos conscientes de que es bastante pedir.
Barcelona, Anthropos, 1990, págs. 56-57
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