Analéctica y liberación
El punto de partida de la analéctica es la afirmación, es decir, la negación de la negación que hace el sistema.
El sistema niega [excluye, oprime, etc.] como totalidad al otro, el cual queda excluido de la totalidad que compone el sistema.
Se niega al sistema. El otro niega su otredad, es decir, la negación que le ha hecho el sistema: niega al sitema como referencia válida.
Se produce en consecuencia una superación en una nueva totalidad más justa que da su lugar en su seno al otro en su otredad, respetando y teniendo en cuenta su otredad como algo propio, no otro, pero no negado ni normalizado.
La analéctica se presenta en la Filosofía de la Liberación como opción liberadora frente a la dialéctica de la opresión. Véase este esquema de Enrique Dussel que, en su obra Filosofía de la Liberación Latinoamericana, planteaba que para descubrir nuevas categorías con las cuales nos sea posible [a los latinoamericanos] pensarnos a nosotros mismos, hay que comenzar por hablar como los europeos y, desde ellos, probar sus limitaciones:
actitud conquistadora versus actitud colaboradora
actitud divisionista versus actitud convergente
actitud desmovilizadora versus actitud movilizadora
actitud manipuladora versus actitud organizativa
actitud invasora versus actitud creadora.
4 comentarios:
Grato tema de discusión, sobretodo cuando los latinoamericanos somos hijos de la analéctica.
Desgraciadamente aquí, en Europa, no parece tomarse muy en serio esta reflexión.
la propuesta analectica que se ha dado para america es poco tomada en cuenta; parece ser que se sigue creyendo que lo que venga de los paises desarrollados es lo mejor. Que pena que no se cambie nada, la liberacion sigue siendo de los que tienen el poder sea cual sea.
la dialéctica no es totalitaria ni dominadora, la dialéctica es la tésis, antítesis y síntesis, en la cual se dialoga con el otro para ver su tésis compararlas y llegar a una solución o síntesis
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