Cuando era un niño en el Día de la Hispanidad se cantaban las hazañas gloriosas de los forjadores de la patria hispana (el Cid Campeador, los Reyes Católicos, Hernán Cortés, Pizarro...). Todo esto en el entendimiento de España como reserva espiritual de occidente y fuente de la civilización en hispanoamérica...
Pasó el tiempo y la imagen se fue suavizando, pero el fondo era el mismo. El 12 de octubre, Día de la Hispanidad, recogía la idea de la España histórica y de su proyección en América y el resto del mundo, proyección que se seguía entendiendo como civilización de salvajes. Todo esto, cada vez más se fue aliñando con los medios de comunicación, la búsqueda de mercados globales...
¡Quiero un 12 de octubre republicano, democrático, basado en el reconocimiento de la diversidad de los pueblos y las personas a las que se nos pretende agrupar en este engendro global de la hispanidad! Tenemos en común tantas cosas, sí, pero también somos diferentes. Lo válido, lo interesante, no es simplemente la etiqueta general de la lengua y la presunta cultura única...
Hoy deberíamos celebrar el reconocimiento mutuo de las diferencias, de las historias escondidas y ocultadas, de las dificultades superadas por los pueblos, de su comunicación y su separación. Hoy deberíamos celebrar que no tenemos por qué estar sujetos a un proyecto único de dominación en lo universal, a un modelo único de cultura dictado desde las dinastías históricas de reyes y dictadores que fueron apropiándose se pueblos, territorios, palabras...
En ese sentido quiero un 12 de octubre republicano, porque para mí la segunda república española sigue siendo un ejemplo de un intento de liberación y modernización truncado por un golpe de Estado fascista.
En ese sentido quiero un 12 de octubre democrático, porque desgraciadamente los pueblos que se agrupan bajo la etiqueta de la hispanidad hemos sufrido golpes similares en distintos momentos de nuestra historia reciente.
En ese sentido quiero un 12 de octubre basado en la diversidad de los pueblos y las personas, que no oculte bajo las etiquetas de la hispanidad, el descubrimiento y la civilización las realidades de la invasión, la explotación de los pueblos, el robo de los recursos, la aniquilación de las culturas, el neocolonialismo transnacional, la aberración de la deuda, el estilo nefasto de globalización al que nos estamos apuntando...
Quiero un 12 de octubre que deje de ser fiesta patria para ser fiesta de la democracia, fiesta de los pueblos y personas que hemos compartido, con muy distintas fortunas, una parte importante de nuestra historia.