miércoles, 7 de junio de 2006

El arte de callar

La furia por hablar y por escribir sobre la religión, sobre el gobierno, es como una enfermedad epidémica, que afecta a un gran número de cabezas entre nosotros. Tanto los ignorantes como los filósofos del día han caído en una especie de delirio. ¿Qué otro nombre dar a estas obras con que nos abruman, de las que están proscritos la verdad y el razonamiento y que sólo contienen sarcasmos, burlas y cuentos más o menos escandalosos? La licencia se ha llevado a un punto que no puede uno pasar por ingenio, por filósofo, si no se habla o se escribe contra la religión, las costumbres y el gobierno.

Abate Dinouart, El arte de callar,
Madrid, Siruela, 2004, pp.41-2


Este párrafo pertenece al prólogo de El arte de callar, una obrita que el abate Dinouart publicó en 1771, llena de consejos sobre cuándo hablar y callar, sobre los tipos de silencio y a quién convienen, sobre quién y cuándo debe escribir...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la postura del Abate; lucrar con el vituperio y el morbo es demasiado tentador, no obstante, esos escándalos -tanto en el gobiero como la religión- desgraciadamente existen: Individuos que vulneran su cargo o investidura, corrompidos por el poder y la ambición se tienen en todos los países. El asunto, creo, radica en permitir (y permitirnos) conocer para reflexionar y opinar (aunque sea callando).

Profesor Portillo dijo...

Bueno, el abate manda callar a la crítica y la descalifica... aunque lo vista de defensa de la prudencia y el buen sentido.