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jueves, 3 de mayo de 2007

La hidra

Ahora que se va poniendo viejo se da cuenta de que no es fácil matarla.

Ser una hidra es fácil pero matarla no porque si bien hay que matar a la hidra cortándole sus numerosas cabezas (de siete a nueve según los autores o bestiarios consultables), es preciso dejarle por lo menos una, puesto que la hidra es el mismo Lucas y lo que él quisiera es salir de la hidra, pero quedarse en Lucas, pasar de lo poli a lo unicéfalo...

Julio Cortázar, "Lucas, sus luchas con la hidra",
en id, Un tal lucas,
Madrid, Suma de Letras, 2004, pág. 13


lunes, 12 de febrero de 2007

Preguntas desde la razón o desde ...

Max Weber dejó planteada la pregunta: si uno quiere conducirse racionalmente y regular su acción de acuerdo con principios verdaderos, ¿a qué parte de su yo debe uno renunciar? ¿Cuál es el ascético precio de la razón? ¿A qué tipo de ascetismo debe uno someterse? Yo planteo la pregunta opuesta: ¿de qué forma han requerido algunas prohibiciones el precio de cierto conocimiento de sí mismo? ¿Qué es lo que uno debe ser capaz de saber sobre sí para desear renunciar a algo?

Michel Foucault, "Tecnologías del yo",
Tecnologías del yo y otros textos afines,
Barcelona, Paidós, 1990, págs. 46-47

Elecciones

A veces es tan simple como decirle adiós a Arguyol, a Gombrowicz, a algún otro que no quiero nombrar siquiera y quedarse con la vida, con el arte y la filosofía.

Libertad quiere decir...

libertad quiere decir:
no hay nada que perder
y nada sólo es nada pero es gratis…

F. Foster / Kris Kristofferson, Me and Bobby McGee,
adaptación de Gabriel Sopeña
via Peleando a la contra...

jueves, 8 de febrero de 2007

Filosofía y poder

La filosofía revela y desvela la fatuidad de los poderes que se nos presentaban como incólumes, irremediables. El poder de los demás es resistible. Es mucho lo que puede evitarse. Hemos conseguido domar fieras salvajes y todavía ignoramos el arte más elemental de domar a nuestros semejantes que se erigen como reyes, gobernantes, pontícifes o líderes.

Esperanza Guisán Seijas, Manifiesto hedonista,
Barcelona, Anthropos, 1990, pág. 118

La falta de líderes como excusa...

Por supuesto que necesitamos líderes, es natural que surjan y se impongan; pero el error [...] el error está en presuponer al líder, Julio, en no mover un dedo si nos falta, en esperar sentados a que aparezca y nos reúna y nos dé consignas y nos ponga en marcha. El error es tener ahí delante de las narices cosas como la realidad de todos los días, como la sentencia del Tribunal Russell, ya que anduviste en eso y me sirve de ejemplo, y seguir esperando a que sea siempre otro el que haga el primer llamado.

Julio Cortázar, Fantomas contra los vampiros multinacionales,
Barcelona, Destino, 2002, pág. 71

lunes, 5 de febrero de 2007

De lo universal en los escritos.

Hoy tengo que hacer una copia doble. En Guerra a la Penumbra, Nat ha publicado un excelente post acerca de lo universal en la escritura. Como lo que se dice se puede aplicar al trabajo de elaboración y selección de materiales para el aula de Filosofía, lo he copiado en Didáctica de la Filosofía con el título Lo universal en la escritura... Como me gusta y me sugiere mucho, también lo copio aquí en Nómadas:

“Cada vez que nos proponemos escribir acerca de un tema, debemos preguntarnos qué tiene de universal: cuál metáfora, símbolo o signo que nos permita pasar de lo pequeño a lo grande. Debemos hacer una reflexión porque sólo si encontramos este vínculo, este pasaje entre lo local y lo universal, nuestro texto tendrá peso y valor. Sólo así el lector descubrirá en nuestro texto, junto a la historia concreta, un mensaje universal, una pista que le ayude a descifrar las leyes del mundo.

¿Por qué algunos textos pueden vivir cien años y otros textos mueren al día siguiente de su publicación? Por una diferencia capital: los textos que viven cien años son aquellos en los que el autor mostró, a través de un pequeño detalle, la dimensión universal, cuya grandeza dura. Los textos que carecen de este vínculo desaparecen.

Conviene tener presente este requisito de universalidad también a la hora de recoger el material, mientras investigamos nuestro tema. Es una cuestión de talento, de intuición, pero también de amplitud de conciencia, de sabiduría. Y, sobre todo, se trata del secreto para que unos textos perduren y otros se pierdan en el olvido.”

* Fragmento del libro Los cinco sentidos del periodista, de Ryszard Kapuściński (FCE, 2003)

domingo, 4 de febrero de 2007

Hedonistas...

Según Esperanza Guisán Seijas, "el hedonista no ve nada heroico ni positivo en que los hombres sufran. Comprende que dado lo que el mundo es, lleno de dolores y limitaciones, la prueba del dolor puede humanizarnos y hacernos comprender lo que otros sufren. Pero, en sí, todo dolor es un agravio, y si los hombres sólo se hacen sabios en el sufrimiento es que las cosas funcionan mal en el Orden Cósmico, orden que habría que combatir e intentar cambiar en la medida en la que el hombre fuera capaz; denunciar y denigrar en la medida en que sólo nos quedase el derecho al pataleo.

El hedonista es el más radical de los rebeldes. Se extralimita en el sentido de que a su rebeldía no le pone límites, ni el juego de los posibilismos le resulta atractivo. Imposible es una palabra maldita en su diccionario porque implica un poder de algún tipo que coarta mi posibilidad." (pág. 41)

"Los hedonistas, paradójicamente, solemos ser dolientes incurables que queremos apurar al máximo la copa del vino espumoso del goce que se desvanece rápidamente, que se evapora antes de que nos hayamos percatado. Hemos visto un resquicio en la puerta y luchamos tenazmente por abrirla del todo. Es un esfuerzo colosal y necesitaríamos de la solidaria colaboración de los restantes humanos. (pág. 97)

Pero los humanos son insensibles al dolor y al goce de tanto que han padecido, o se han dormido simplemente para no sentir. Los más doctos se entretienen haciendo raíces cuadradas. Los más santos quieren salvar a los hombres y se mofan de los hedonistas, que sólo quisiéramos hacerlos algo más felicies.

[...]

Ser hedonista es una tarea heroica en un mundo mediocre y gris. Es como pedir demasiado dado lo que la vida y los hombres pueden dar de sí. Ser hedonista es ser un poco loco y no atenerse a realidades ni a posibilidades tan siquiera. Es jugar a una sola carta todo el capital. Es estar dispuesto a perderlo todo por vivir esperando que la brisa del goce nos acaricie las manos, el rostro, las nalgas."(pág.98)

Esperanza Guisán Seijas, Manifiesto hedonista,
Barcelona, Anthropos, 1990

viernes, 2 de febrero de 2007

Saber y felicidad

- Y ¿por qué querían ser sabios?

- Sencillamente, para ser felices, y de manera definitiva.

Roger-Pol Droit, La filosofía explicada a mi hija,
Barcelona, Paidós, 2005, pág. 47

¿Quién dijo miedo?

¿Quién dijo miedo?

(sonó y retumbó en la habitación)

... yo ...

(contestó la voz suave
de alguien que tenía
que ser valiente a la
fuerza... sin remedio...)

La escritura a veces...

La escritura ha ocupado a veces el lugar del cielo, del aire, de aquello que permite seguir respirando en el trabajo diario de atravesar el páramo, el desierto, el yermo, hasta llegar al vergel, al jardín prometido o imaginado, al premio, al triunfo, al refugio, a la utopía sin dueño y tantas veces vendida, contada, querida, deseada, inventada, amada, desconocida, pervertida, perdida, escondida, reservada, traicionada, destrozada, disuelta en el fluir de los tiempos, las personas, los poderes...
¿Cómo rescatar el cielo de un dibujo que ya no tenemos?

jueves, 1 de febrero de 2007

Filosofía y ciudadanía

Si la filosofía tiene unos orígenes griegos, en la medida en que se está dispuesto a decirlo así, es porque la ciudad, a diferencia de los imperios o de los estados, inventa el agon como norma de una sociedad de "amigos", la comunidad de los hombres libres en tanto que rivales (ciudadanos).

Deleuze-Guatari, ¿Qué es filosofía?
Barcelona, Anagrama, 1993 (6ª ed. 2001), pág. 15

¿Conocer al enemigo?

¿Y por qué no conocer bien a las amigas y los amigos y, con ellos, disfrutar el mundo mientras el enemigo se desgañita dando golpes contra el muro de la indiferencia?

Libertad y liberación de las cadenas...

... que no basta con tomar y destruir la Bastilla para convertir a sus prisioneros en hombres libres.

Hans Magnus Enzensberger, Diálogos entre inmortales, muertos y vivos,
Barcelona, Círculo de Lectores, 2000, pág. 94

Chascarrillo

La autorreferencia me mira con impaciencia.

¿Será autocomplacencia?

lunes, 29 de enero de 2007

Luchas y cambios

“...Cuando luchamos por
cambiar las cosas,
muchas veces olvidamos
que eso incluye cambiarnos
a nosotros mismos...”

Subcomandante Insurgente Marcos

Etiquetas

Me pasó la dirección Nat, de Guerra a la Penumbra y Notas en el margen. Está en El Lolaberinto. Pero no me resisto a copiarla yo también. Creo que es buena para leerla solo, pero también para trabajarla con los alumnos y alumnas de la Escuela Secundaria. Muy buena:

Etiquetas (Álvaro Fraile)

Le llamas indecente porque anda entre la gente de mala reputación
la llamas transgresora porque no hace caso a normas que no dicte el corazón
le llamas idealista por querer vivir al día cada nuevo amanecer
y a ese ni le llamas porque nadie se acuerda de él

la llamas facilona por confundir siempre toda relación con amor
le llamas optimista porque su punto de vista lleva siempre algún color
le llamas inmaduro porque un día vio el futuro y así no se quiere ver
no sabes llamar a ese porque ni le quieres conocer

le llamas el vendido porque cantó convencido y oye, su canción gustó
le llamas retrasado porque va más lento y claro retrasa la producción
le llamas el hortera porque en verdad se la pela vestir mal o del revés
algo malo llamas a ese porque tú no le puedes ni ver

pon una etiqueta a cada persona y tú tranquilo ya verás como aún nos sobran etiquetas para ti.

la llamas anticuada porque para ella es sagrada su religión y su fe
le llamas bicho raro porque no lo tiene claro y no sabe muy bien quién es
le llamas extranjero porque un día tuvo un sueño que acampó en otro país
a ese no quieres llamarle que a saber que dice él de ti

le llamas diferente porque le es indiferente ser distinto a los demás
le llamas progresista porque piensa que en la vida de algún modo hay que avanzar
le llamas pordiosero porque eligió ser austero sin lujos ni propiedad
y a ese no sabes llamarle porque no se te ha ocurrido ná

le llamas el asalta cunas por enamorarse de una que veinte años menor que él
le llamas la maricona porque ama a las personas sin fijarse si es mujer
le llamas revolucionario por no pasar por el aro por creer en la igualdad
y como a ese se la sopla te cansaste de llamarle ya

hay una etiqueta intransigente a punto de ser puesta para siempre en tu frente, una etiqueta para ti.

El pecado de la diferencia

El gran pecado contra la gente es la singularidad. Por eso existe un complejo sistema de epítetos para excluir a los locos, chiflados y extravagantes, que no se amoldan al patrón.

Esperanza Guisán Seijas, Manifiesto hedonista,
Barcelona, Anthropos, 1990, pág. 62

¡Estamos pensando!

Los estudiantes de filosofía y los profanos que nos honran con su atención se espantan de nuestra holgazanería, nuestra ociosidad. ¡Estamos pensando! Pensadores de sillón. Aporreadores de máquinas. De acuerdo con que no valemos mucho. Pero tampoco saquemos las cosas de quicio. Sin un poco de filosofía de sillón, sin un poco de este ocio, que es bastante trabajoso por lo demás, faltaría una pieza importante en el rompecabezas. No queremos ser filósofos-reyes, nos conformamos con ser filósofos-fontaneros, o filósofos-tocadores de flauta. Que se nos escuche alguna vez es todo lo que pedimos, aunque somos conscientes de que es bastante pedir.

Esperanza Guisán Seijas, Manifiesto hedonista,
Barcelona, Anthropos, 1990, págs. 56-57

viernes, 26 de enero de 2007

Dos consejos y una predicción

Empédocles dijo:

Manteneos completamente aparte de las hojas de laurel. (31 B 140)

¿Gastronomía o ética? ¿Consejo médico o reserva frente a la fama?

También propuso hacer ayuno de la maldad, (31 B 144) mezclando ética y dietética.

Pero nos castigó con este terrible pronóstico, entre ético y psicológico:

Puesto que estáis agitados por insoportables maldades
nunca aliviaréis el ánimo de las infortunadas aflicciones. (31 B 145)

Los textos de Empédocles están tomados de
Eggers Lan y otros, Los filósofos presocráticos, vol. II,
Madrid, Gredos, 1979