jueves, 25 de mayo de 2006

Frikosofías... el frikero solitario (25-05-2006)

Sin ser propiamente un friki (o estando lo suficientemente perdido en otras cosas como para poder soñar en serlo, que lo mismo da), he decidido hoy sumarme en lugar de restarme y he estado celebrando el Día del Orgullo Friki y el Día de la toalla...
Así que me he enfundado mi camiseta más friki: la frikósofa, una maravilla que conseguí en una reivindicación de profes y profas de filosofía en Mérida el año pasado.

Esta prenda que me he puesto hoy tiene anverso (muy positivo y multicultural, podría parecer hasta académico, si no fuera por que es una camiseta negra y por los dibujos)... y también un reverso (directo, sonriente... seco si quieres, para el que no tenga sentido del humor).

Claro que la camiseta no bastaba, hacía falta una toalla. La elección de la toalla adecuada ha sido fácil: a partir de lo que había en casa (nada especialmente llamativo, lo siento), había que seleccionar algo que no fuera demasiado grande (tarde de sol, impensable usarla como capa o como echarpe).

Completó el lote mi casi inseparable bolsa de campaña de la que colgué la toalla y en la que guardé la cámara con la que pretendía captar el testimonio de este día.


Como por la tarde había cosas que hacer, de esta guisa me fui a recoger a mi hija a las actividades del cole (dispuesto, claro, a recordar en voz a alta a cualquiera que preguntara por la toalla que colgaba de mi bolsa las historias de Douglas Adams en la Guía del autoestopista galáctico... nadie preguntó, ¿estamos perdiendo la capacidad de asombro?).

Cuando mi hija acabó sus actividades nos fuimos de compras (ropa de verano para ella, algo de comida para los dos...). Recorrimos el mundo normal impávidos, pero, antes, le pedí que me hiciera una foto (enfoca bien la niña, no he tenido que retocar nada).

Nos encontramos con Irene (siempre sonriente) y charlamos un rato del mundo y las toallas... ¡Creí que sería imposible poder hablar con alguien de esto hoy!

Después de hablar con ella volvimos a casa y descargué la foto para colgarla aquí... se me olvidó por un momento la idea de Frikisiervos de fotografiar los objetos más frikis... demasiado tarde recordé, ya había desmontado el chiringuito... así que saqué la webcam de su escondite y me puse a fotografiar algunas cosas... La verdad es que tengo restos e intentos, por llamarles de algún modo (nada de colecciones ni de fantásticos objetos hiperespeciales).

En el lote que publico hoy van un metrónomo (resto curioso de los estudios de música y experimentos con los ritmos de respiración, el estrés inducido...), un termómetro de interior y exterior -con reloj- y un fotómetro antiguo (ambos eran de mi padre y corresponden a pasiones y rarezas propias)... y un extra de última hora, segundo producto del frikolage en pasta de papel, cartón piedra o como queráis llamarlo, que hago con mi hija: una especie de remo de danza ceremonial policromado en estilo naive, con vocación kicht-aborigen, cabeza de diablillo cachondo y culo de abeja Maya vestida del Cádiz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo un fotómetro como ese, también de mi padre...y mío, de cuando él se empeñaba en que hiciera fotos.

¿Hay que añadir que no he vuelto a hacer ni una?

* * *
Pues no está mal el friky.
Chiquito pero bien hecho.

Anónimo dijo...

Hola. Gracias por el comentario... y por la riña del comentario al otro post (me excuso, un poco sobrecargado de tareras, citas y quehaceres...)
Un saludo.

Anónimo dijo...

Sobre todo, las "tareras" agobian mucho....

(¡Ay, Señor, Señor, esta juventud no da para nada....!)

Anónimo dijo...

¿En qué estaría pensando yo, con mis dedos ágiles y precisos, bailarines del teclado?

Anónimo dijo...

A saber....