viernes, 23 de febrero de 2007

No olvidar para no repetir, especialmente cosas como...

Hoy es el 26 aniversario de un intento de golpe de estado contra el sistema democrático en España... Entraron en el Congreso de los Diputados, a punta de pistola, 150 guardias civiles e interrumpieron la sesión a tiros. Es difícil no recordar ese sonido seco de los disparos y el grito del lider del destacamento golpista:

- ¡se sienten, coño!

Hay muchos documentos y recopilaciones sobre este golpe de estado fallido, algunos libros, vídeos, pero los más jóvenes no saben en general qué pasó, ni siquiera si pasó algo en este día en el año 1981...

Junto a esto, hay aún dudas, informaciones cruzadas, intoxicaciones desde grupos afines...

No debemos olvidar, para que no se repita, para que nadie se atreva a intentar, de nuevo, chantajear a la democracia con la amenaza de la posible reacción de cualquier grupo de poder o institución...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi comentario a este tema lo he dejado en donde el otro profe.

Lo siento, pero no es cosa de repetirlo. Me parece que los visitantes son los mismos...

Profesor Portillo dijo...

No sé si serán los mismos, pero voy a repetir aquí una frase que no debe perderse:
"contribuir, de alguna forma, a que aquel esperpento del pistolero vestido de verde terminara siendo lo que fue: un anacronismo indigno de un país civilizado."
Muchas gracias por escribir estas cosas para todos.

Anónimo dijo...

Gracias a tí, profe.

Llevo un día condenadamente malo y me ha venido al pelo un pequeño apoyo a mi autoestima.

Profesor Portillo dijo...

El día del golpe yo había ido a ver Casablanca en el cine-club con una amiga y su hermana. Cuando llegamos a casa de la hermana después de ver la película, su pareja nos dijo:

- ¡han dado un golpe de estado!

No le creímos. Le dijimos que no gastara esas bromas tan pesadas... Insistió, nos dijo que tenía la tele y la radio encendidas, pero que se habían cortado, que no salía nada, apenas música, sin noticias... Entonces la tele volvió a dar imagen y vimos, una y otra vez a un guardia civil con bigote y una pistola en el estrado del Congreso de los Diputados gritando "¡se sienten, coño!".

Terror.

Me ofrecieron quedarme, pero volví al piso que compartíamos tres estudiantes ("dos Carlos, dos hermanos y dos matemáticos") para estar juntos por lo que pudiera pasar. Crucé Sevilla con miedo, temiendo que en cada esquina aparecieran diciendo cosas como "ahora mandamos nosotros"... (No estaba desencaminado mi miedo, justo por una esquina de las que pasé, pasó un chaval poco después y se encontraba con un grupo que le ordenó cantar el Cara al Sol y le dió soberana paliza cuando intentó escapar).

Llegué al piso sin problemas, y nos mudamos a casa de las vecinas de enfrente, que tenían televisión. Allí las noticias desaparecieron, y sólo pudimos ver una película de Bob Hope y conversar.

Anónimo dijo...

Me habéis hecho recordar el 23F, pero también reflexionar.

Concretamente, sobre un hecho.

Aquella noche, entre otras cosas, tuvimos que buscar alojamiento/refugio para muchos curas. Eran párrocos de barrios marginales, que habían formado asociaciones de vecinos y que en tiempos -no demasiado lejanos- de la dictadura cobijaron en sus parroquias encierros y reuniones clandestinas.

Y también párrocos de pueblos, siempre enfrentados al cacique de turno que defendía sus privilegios y mantenía situaciones de injusticia con los más pobres.

Hasta ese momento, las consecuencias de todo esto no habian pasado de llamadas amenazantes, alguna pintada de Fuerza Nueva, y el cambio de neumáticos rajados de vez en cuando. Pero si el golpe triunfaba, era seguro que irían a por ellos.

Y mi reflexión es esta: Si en este momento ocurriera algo parecido, ¿habría curas que corrieran peligro?
Me temo que no.

Y si hubiera alguno, ¿encontraría cristianos de base que se jugaran el tipo por protegerlos?
Me temo que tampoco.

Profesor Portillo dijo...

Terrible pregunta, ciudadana.
Terrible respuesta también.
Pero me temo que tienes razón.

Anónimo dijo...

Ciudadana. Bonito apelativo.

(Ciudadano: Hombre bueno. 4ª acepción en el DRAE, 5ª en el DUE)

Se agradece.