lunes, 19 de marzo de 2007

Leyenda china muy educativa

En aquel tiempo, dice una antigua leyenda china, un discípulo preguntó al Maestro: ¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?.

El Maestro le respondió: es muy pequeña, sin embargo tiene grandes consecuencias.

Ven, te mostraré el infierno. Entraron en una habitación donde un grupo de personas estaba sentado alrededor de un gran recipiente con arroz, todos estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía una cuchara tomada fijamente desde su extremo, que llegaba hasta la olla. Pero cada cuchara tenía un mango tan largo que no podían llevársela a la boca. La desesperación y el sufrimiento eran terribles.

Ven, dijo el Maestro después de un rato, ahora te mostraré el cielo.
Entraron en otra habitación, idéntica a la primera; con la olla de arroz, el grupo de gente, las mismas cucharas largas pero, allí, todos estaban felices y alimentados.

No comprendo dijo el discípulo ¿Por qué están tan felices aquí, mientras son desgraciados en la otra habitación si todo es lo mismo?

El Maestro sonrió. Ah... ¿no te has dado cuenta? Como las cucharas tienen los mangos largos, no permitiéndoles llevar la comida a su propia boca, aquí han aprendido a alimentarse unos a otros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena historia, muy inteligente. Yo creo que aquí en la tierra estamos en una tercera habitación en la que no sólo no hemos aprendido a usar las cucharas largas para alimentarnos mutuamente sino que las usamos para romperle la cabeza al vecino...

Profesor Portillo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Profesor Portillo dijo...

Terrible, pero probablemente cierto.
Una pena.

Anónimo dijo...

Puede ser, pero a nadie se le ha ocurrido que la razón de su infelicidad es que son menos inteligentes, de lo cual no tienen la culpa, que los otros.

Profesor Portillo dijo...

La culpa es un concepto complicado y peligroso. Prefiero responsabilidad. Pero, además, lo de que no tienen la culpa es un supuesto amable (igual que si suponemos que tienen la culpa estaríamos en un supuesto hostil). No tenemos manera de saber eso en este cuento, pero las dos opciones y todas sus variantes intermedias son posibles.
El cuento nos sugiere algo, unos valores, pero para hacer análisis de las causas de la presencia o no de los valores necesitamos más información (¿tal vez análisis histórico, económico, social, cultural?).