Un préstamo de Silvio Rodríguez (Te doy una canción).
Uno tiene una edad, capicúa y cuadrada, y quién de esta edad no escuchó a Silvio... Me refiero a Rodríguez, el cubano, no al roquero de Sevilla (aunque en esta ciudad también puede decirse...)
Hace poco estuvimos hablando y cantando las canciones que llenaron muchos años. Claro, muchas canciones eran suyas. Por eso hoy tomo prestadas estas líneas de una que llenó durante años las voces y las guitarras junto a fuegos, cervezas, anocheceres...
Como gasto papeles recordándote,
como me haces hablar en el silencio,
como no te me quitas de las ganas...
¿Nostálgico? No especialmente. Pero cada uno tiene su vida y su cultura. Desde ahí sigue adelante construyendo... Por eso vuelvo a tomar prestadas las palabras...
Te doy una canción
y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar.
Y cierro el post, que todavía tengo que hacerme la comida.
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