Sonrisas y miedo...
Las personas que sonríen siempre levantan sospechas. Esa mueca entre relajada y explosiva que irradia energía da miedo a un mundo apagado y recluido. ¡Si aún fueran las estridencias habituales! ¿Es que no se preocupan por nada? Si aún fuera un gesto de violencia, de decisión, de determinación, un aviso a los posibles rivales, un “¡conmigo no te atrevas!”... ¡pero este gesto suave y placentero que parece indicar que el mundo ya no les alcanza! ¿Habrán tomado una extraña pócima? ¿Se creerán especiales? ¿Por qué no comparten su secreto? ¿Por qué no están interesados en venderlo? Todo el mundo sonríe alguna vez, pero un momento, ¿a quién no le hace gracia una caída, un chasco, un buen chiste obsceno? Pero esta sonrisa permanente e invulnerable...
Así que tendremos que tener cuidado con nuestras sonrisas... para no ofender el miedo a la felicidad.
Je, je.
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