domingo, 2 de julio de 2006

Luz oscura

Cuando la luz es extraña y peculiar. Cuando el sol es oscuro. Cuando los ojos escudriñan asombrados entre las sombras brillantes de las cosas. Cuando nada está como debe, nada luce como has supuesto siempre, pero todo se reconoce con un brillo y una sombra nuevos, diferentes. Entonces puede surgir el miedo. La extrañeza abre las puertas de la caja en que el miedo se esconde. Lo de siempre, lo de todas las mañanas, está ahí... pero es raro, diferente, está alterado... y no podemos reconocer cuál es su alteración. La enorme palmera que corona la plaza más cercana sigue ahí... pero algo le pasa, no la han podado, eso sería tranquilizador incluso, ya estaba muy frondosa... Pero no. Todas sus palmas siguen ahí, y los pocos racimos de semillas que le quedaban ayer también. Pero ya no es tu palmera y tu plaza, aunque sí, algo ha cambiado y no sabes... Si supieras te tranquilizarías, te sentarías a disfrutar de los nuevos colores y las nuevas luces... pero no sabes, y entonces surge el miedo... Sin embargo, también puede surgir una sonrisa que te permita caminar tranquilamente hasta la plaza, encontrarte con esas extrañas personas en que se han convertido tus vecinos, comentar lo sucedido y reír... preguntarte si tu cámara será capaz de recoger estos nuevos colores y volver por ella para recoger la belleza diferente que tiene el día... mirar a los ojos de neón de las personas y sentir cómo también le llegan a los tuyos las miradas...

No hay comentarios: