jueves, 30 de agosto de 2007

El que ya lo sabe todo

El que ya lo sabe todo que no venga a escucharme,
que no venga a escucharme.
Siempre he cantado para el que ha querido aprender,
porque yo aún aprendo del que me escucha,
del que me hace callar o no me escucha,
por eso digo:
el que ya lo sabe todo que no venga a escucharme,
que no venga a escucharme.

El deseo y la esperanza,
la derrota no aceptada,
la duda de todo saber,
la alegría bien ganada,
la tristeza de un tiempo enfermo
de hipocresía forzada
que queremos muy diferente,
es lo que yo canto.

El que ya lo sabe todo que no venga a escucharme,
que no venga a escucharme.
Un grito seguro y unos cuantos matices,
poemas de viejos poetas,
un amor todavía vivo,
mucha rabia acumulada
en la lucha necesaria
contra el colchón inmenso
que nos quieren echar encima,
es lo que yo canto.

El que ya lo sabe todo que no venga a escucharme,
que no venga a escucharme.
El desastre cotidiano que se arrastra años y años,
la lentitud de la recuperación
y los que caen por el camino,
los tiros mal dirigidos
y, por qué no decirlo también,
una fe, una gran fe
en determinada gente
es lo que yo canto.

El que ya lo sabe todo que no venga a escucharme,
que no venga a escucharme.

Raimon, Poemas y canciones,
Barcelona, Ariel, 1976, págs. 144-147


Esto lo cantaba Raimon en catalán, allá por el año 1974. Yo creo que aún está vigente, aunque hay que aplicarlo a otras cosas, o a las mismas, pero que se presentan con otras caras, que usan otras armas y otras estrategias.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Habrá alguien que lo sepa todo?

Carboanion dijo...

Se supone que Dios lo sabe todo, pero esa respuesta no sirve para a los ateos. Mucho menos para los de ciencias, que vemos cómo cada vez es más preciso especializarse...

Profesor Portillo dijo...

Comentario suprimido por SPAM. (En este caso, pura publicidad que nada tiene que ver con el post).

Profesor Portillo dijo...

Incluso dentro de la propia especialidad es difícil/imposible saberlo todo, ¿no? (Y eso quien la tenga)

Anónimo dijo...

Creo que todos experimentamos continuamente la frustración de que, a medida que profundizamos en un tema, nos damos cuenta de todo lo que nos queda por abarcar.

Quizá por eso yo elegí no especializarme en nada, para saber un poco de todo.

Con lo que terminas no sabiendo nada de nada...

Profesor Portillo dijo...

¿Como un profe de filosofía, un Sócrates cualquiera?

;-)

Anónimo dijo...

Las comparaciones son honrosas...