Cádiz, 23 de agosto de 2007
A la derecha de la muralla y a la izquierda de las casas, entre las palmeras, hundiéndose en el mar, tras el horizonte, el sol saludaba, poniéndose, nuestra llegada a la ciudad.
Mágica luz, hermosa imagen.
No siempre se tiene tan buen recibimiento.
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