Acercarse...
Es preciso viajar -en sentido propio o figurado-, salir de lo propio, acercarse a eso que no somos ni nos pertenecece, a aquello a lo que no pertenecemos, incluso a lo que no queremos pertenecer, conocerlo, respirarlo...
Creo en las preguntas de un acto fraternal rodeado de abismos: ¿Acaso no existe otra voz y acaso no es también la mía? ¿Acaso no hay otro tiempo que puedo tocar y que pueda tocarme? ¿No existen otras fes, otras historias, otros sueños y no son, también, míos?Carlos Fuentes, "Xenofobia", en id., En esto creo,
Barcelona, Seix Barral, 2002, págs. 323
Barcelona, Seix Barral, 2002, págs. 323
Pero no nos olvidemos que no todo es nuestro, que, precisamente, nos enriquece porque no es nuestro, que nos pone en cuestión porque no es nuestro, que nos estimula y nos despierta porque es otro.
Y tampoco debemos olvidar que, a pesar de la voluntad de respeto universal, hay cosas que no queremos aceptar, precisamente porque van más allá de lo que consideramos los límites mínimos que definen la misma humanidad y sus derechos -algunos de esos sueños a los que se refiere Carlos Fuentes podrían ser mis pesadillas.
Y tampoco debemos olvidar que, a pesar de la voluntad de respeto universal, hay cosas que no queremos aceptar, precisamente porque van más allá de lo que consideramos los límites mínimos que definen la misma humanidad y sus derechos -algunos de esos sueños a los que se refiere Carlos Fuentes podrían ser mis pesadillas.
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