Unos cuantos libros
Recuperé la lectura, con placer y entrega, dejándome atrapar por los libros, las historias, los personajes, las descripciones...
Ya hablé aquí hace poco del Diario de una abuela de verano, de Rosa Regás, y no quiero dejar de hablar de otras de mis lecturas de este verano.
No voy a hablar de poesía, que no ha sido la protagonista principal. Leí algunos poemas de distintos autores y autoras, pero no me he dedicado a leer libros de poesía completos ni a detenerme en ninguno demasiado tiempo.
No puedo olvidar, por supuesto, la Guía del trotamundos de Turquía. El viaje a Estambul fue una maravilla y las orientaciones de la guía fueron de mucha utilidad. La verdad es que todo fue bastante rápido y no compramos la guía hasta que nos confirmaron los billetes, así que la mayor parte la leímos en el avión y en el hotel, planeando qué hacer las horas o los días siguientes.
Pero la protagonista de mi lectura este verano ha sido la narración.
Me gustó mucho Las dos muertes de Sócrates, de Ignacio García Valiño. Ingeniosa, documentada, bien construida... Recrea la ciudad y el momento, el ambiente cultural... y construye una hermosa trama salpicada de historia y de ideas.
Me fascinó, dura y desgarradora, Ojos azules, de Toni Morrison, autora que obtuvo el Nobel de literatura en 1993. Una historia de mujeres negras, de miseria, de rebeldía.
Leí casi de un tirón Akenathon, de Naguib Mahfuz, otro premio Nobel al que merece la pena leer, al menos en esta novela. Cuenta la historia del faraón hereje, una historia que ha fascinado a muchos escritores y cineastas. La cuenta con sensibilidad y muy buen oficio.
Leí con cierto deleite malsano la narración de las intrigas políticas para conseguir el sillón presidencial de México que Carlos Fuentes ubica cronológicamente en un futuro cercano en La silla del águila. Me pareció buena, crítica y un retrato de las trastiendas más sucias del pragmatismo político.
También fue un deleite la lectura de Vita brevis, de Jostein Gaarder, en la que Agustín de Hipona recibe un rapapolvo epistolar a manos de Floria, la madre de su hijo, la mujer con la que convivió durante años y a la que abandonó para casarse, lo cual no llegó a hacer...
Me impresionó especialmente Hierba mora, de Teresa Moure. Aparece Descartes, pero el protagonismo es el de las mujeres: Cristina de Suecia, la reina que decidió que él le hablara de filosofía en las madrugadas nórdicas; Hélène Jans, la madre de su hija, defensora del cuerpo y la pasión; e Inés Andrade, una mujer que escribe una tesis sobre Descartes, y su familia de mujeres... El tono es fantástico y la escritura es cautivadora. Lleno de ideas que atrapan y de descripciones y narraciones que provocan tanto sensaciones como pensamientos.
Acabo de leer La noche de los calígrafos, de Yasmine Ghata. Una historia dura y diversa ambientada en Turquía tras la revolución laica de Atatürk. Creencias, arte, relaciones personales, familiares...
Ahora estoy leyendo algunos artículos de En esto creo, de Carlos Fuentes. Otro tono, entre la memoria y la confesión ideológica. Buen libro para el diálogo, para el matiz, el acuerdo y el desacuerdo...
Pronto iré más allá, a otro libro, a otro mundo...
25 comentarios:
Muchas gracias por traer estos libros aquí. Sólo he leído el de Gaarder, así que me apunto unos cuantos a mi lista de libros pendientes.
¡Saludos!
Gracias por los consejos y, sobre todo, por los enlaces de sitios que no conocía.
Por desgracia para mí, abandoné la narrativa hace mucho tiempo y apenas si leo más que los libros de los amigos, a los que estoy "obligada" con boli y papel al lado, para luego dar mi opinión.
Cosa que es bastante difícil, pues los escritores suelen tener un ego inconmensurable.
Dos libros -antiguos pero de siempre- que me dejaron huella.
HOMO FABER, de Max Frisch.
OPINIONES DE UN PAYASO, de Heinrich Böll.
Y otro, que me hizo llorar en una siesta de Agosto.
MI PLANTA DE NARANJA-LIMA, de José Mauro de Vasconcelos.
¡Hola Pilar! Llevaba tiempo sin leerte... Culpa mía por no pasar a visitarte, me temo. Me alegro que te hayas pasado por aquí y que te animen mis lecturas.
¡Un saludo!
¡Hola Ciudadana! Gracias por tu presencia permanente y por tus sugerencias. No leí las Opiniones de un payaso, sino un libro polémico sobre las reacciones que provocó su publicación y las acusaciones de gobierno y medios de ser el intelectual del terrorismo. Esto fue hace mucho tiempo, en la época en que salían a la luz los despropósitos que las brigadas antiterroristas alemanas realizaron con la excusa de una lucha más efectiva contra el ejército rojo de liberación/la Baader-Meinhoff (que cada cual les llame como quiera). [Estos despropósitos incluyeron el asesinato a sangre fría de un civil que confundieron con un terrorista y al que no dieron el alto antes de dispararle porque "era" extremadamente peligroso... al menos así recuerdo haberlo leído entonces].
Me apunto a la lectura de las Opiniones de un Payaso de Böll, ya en la distancia y con la experiencia de muchos años de GRAPO, ETA, GAL y otras cuestiones...
El título del libro de José Mauro de Vasconcelos también me llama, habrá que buscarlo...
Recuerdo algo del Homo faber, pero no es del libro que dices, que es una novela... Era de un debate en antropología entre la identidad del ser humano como Homo sapiens, Homo faber u Homo ludens. De hecho usamos varios textos de un libro de J. Huizinga que se llamaba Homo ludens, que era muy interesante. Así que se me abren dos libros más, la novela Homo faber y el tratado Homo ludens...
Es un poco difícil leerlo TODO, ¿no?
Con tu comentario, caigo en la cuenta de que leí Opiniones de un payaso hace, quizá, 40 años y no recuerdo de él más que la peripecia personal del protagonista.
Habrá que reelerlo con otra perspectiva.
Si no encuentras en librerías Mi planta.... puede llegarte en PDF a lomos de la mula. Es un libro pequeño y se puede leer aquí.
Gracias, Ciudadana, espero seguir al ritmo de lectura que he estado llevando y poder leerme estas cosas.
Parece que veva y tú tenéis el mismo diccionario de inglés.
Lo digo por lo de ciudadana...
No es que me moleste (es una palabra muy digna) pero, en realidad, cuando elegí el pseudónimo lo hice por la acepción "tercera edad".
Bueno, yo abreviaba. "Senior citizen" es una persona ce la tercera edad, un ciudadano o ciudadana mayor... Pero "citizen" sólo es ciudadano o ciudadana. Dejaba de lado la referencia temporal y me centraba en la definición como participante en la vida de la "polis", de la ciudad...
De acuerdo.
Creí que iba por lo de "ciudadana de edad provecta" (veva dixit)
Aunque luego, cariñosamente, me llama "citi"....
Tierno apelativo...
No, si voy a terminar siendo la amable abuelita de todos...
(Cosa que no me va en absoluto)
Esto me pasa a mí por meterme donde no me llaman.
Bueno, no es necesario ser la amable abuelita. También puedes ser la Ciudadana que comparte su experiencia y su saber... o lo que quieras ser.
...o lo que quieras ser.
Lo que yo quiero es ser la despampanante vampiresa que subyuga a los hombres bajo el tacón de su bota.
Cada cual sueña el poder como más le place.
;-)
Veo que mi sentido del humor te desconcierta.
Estas son las bromas que gasta alguien con una irrenunciable vocación de perdedora.
Pues eso, poder, o sueños de poder, que viene a ser lo mismo. De todos modos, no te lo tomes muy en serio, que hay un poco de deformación profesional, vía filosofía de Foucault.
No me lo tomo en serio, ni mucho ni poco.
Yo aquí estoy para pasarlo bien. Y mi forma de pasarlo bien es dialogar con una persona inteligente. Lo que incluye un poquito de cachondeo ¿no?
Claro. Una cosa no excluye la otra. Ya sabes, por el humor se cuelan las ideas y las preocupaciones...
Pero insisto, lo del poder venía de la idea de Foucault de verlo todo desde ahí, incluido el sexo.
¡Ah! Y muchas gracias por lo que pueda tocarme de lo de "dialogar con una persona inteligente". La verdad es que es un placer encontrarse con tus comentarios.
Y ahora yo digo que gracias a tí por quitarme un poco el sentimiento de culpa de hacerme pesada con tanto comentario.... y quedamos los dos como educados en colegio de pago.
Yo decía muchas veces que desciendo de la burguesía comercial... venida a menos. No hay dinero, pero educación...
;-)
Aunque tengo que reconocer que salí algo rana.
Hay ranas que se transforman en príncipes...
¿O era al revés?
Bueno, es que yo soy rana republicana.
¿En que se transforman las ranas republicanas?
En ranas, más felices, más traviesas, más sabias a veces, pero seguimos siendo ranas.
Este profe nos lee.
http://www.e-leusis.net/Monograficos/opinion_ver.asp?id_monografico=610
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