jueves, 24 de mayo de 2007

¿Por qué cerramos las casas?

Primero cerramos la del centro...

aquello nos dolió,
pero era preciso...

después cerramos la de extramuros...


incluso la puerta del cobertizo...


¿Para qué salir,
si ya no hay donde ir?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu calle ya no es tu calle,
que es una calle cualquiera
camino de cualquier parte.

M.Machado

Anónimo dijo...

Pero grita cada piedra
mi nombre con desespero:
cada muro es un dolor,
cada ventana, un duelo...

Anónimo dijo...

Miro hacia arriba y tu balcón cerrado
es un pregón de ausencia, una bandera
de soledad, enarbolada al viento,
tremolada con saña.

Anónimo dijo...

Rectifico. Sobra una coma.

Miro hacia arriba y tu balcón cerrado
es un pregón de ausencia, una bandera
de soledad enarbolada al viento,
tremolada con saña.

Profesor Portillo dijo...

Sabe el saber y el sabor amargo
con que los años desesperaron
tiempos sin tiempo, duelo de ausencias,
ojos resecos, sudor salado.

Mas no es mi esencia ese veneno
que deja inútiles los deseos,
¡amo vivir! Río palabras.
Sueño presentes que se construyen.

Anónimo dijo...

Pero... ¡tanta puerta cerrada!