lunes, 7 de mayo de 2007

Imágenes y autoconcepto...


Nos vemos como el país atrasado, cerrado, arcaico... al menos nos hemos visto así durante mucho tiempo... Tal vez no supimos escoger nuestros iconos, tal vez por eso los escogimos...

Posiblemente el icono plástico de la revolución burguesa ilustrada no fue el de la revuelta del 2 de mayo, ni ninguna otra pintura triunfante, sino el cuadro de Goya de los fusilamientos del 3 de mayo: la represalia de las fuerzas invasoras frente a la rebelión.

Y ¿qué decir de la ilustración en sí misma? El tenebrismo de la serie negra, el sarcasmo y la crítica feroz de los caprichos ante una realidad que se resiste, ante un antiguo régimen que aún persiste, ante una terrible España... todo ello resumido en la divisa de uno de los caprichos más relevantes: el sueño de la razón produce mounstros.

¿Cómo vemos a la ilustración francesa y a su revolución burguesa? Como un símbolo del triunfo, como la fuente de la modernidad, como el fin del Antiguo Régimen, simbolizado en la caída de su monarquía y en el establecimiento de su república.

Y ¿qué decir de su icono? Mucho más positivo y triunfante: la libertad guiando al pueblo, de Delacroix.


Aunque, claro, todo eso fue hace mucho tiempo.

¿Qué tenemos ahora? Un país que ha avanzado en muchos aspectos, alcanzando y mejorando a sus vecinos (por ejemplo, en las coberturas de la sanidad pública). Con defectos similares a los de otros países de su entorno, pero donde se puede vivir bastante mejor que en muchos otros.

¿Problemas? Todos los propios y algunos ajenos. La influencia de los líderes mundiales, con los que a veces tomamos unas tapas, nos ha metido en más de un lío y está comprometiendo la posibilidad de aperturas mayores (rigidez con los inmigrantes, compromisos en política internacional) ...

Somos ya primer mundo, o país desarrollado. Participamos en transnacionales que invaden la economía de otros países menos agraciados, nos las aviamos para generar erosión y desiertos, esquilmar recursos, invadir de ladrillo y carreteras los espacios naturales; cerramos la puerta a los desfavorecidos, nos protegemos, los tememos... Generamos cultura del subsidio, corrupción política y escándalos en similar medida que otros países como el nuestro. Seguimos matando mujeres a lo largo del año, maltratándolas... abusando de ellas y de menores... aunque, claro, esto no nos gusta comentarlo.

Esto no es la serie completa de virtudes y defectos, ni siquiera está matizada y bien explicada... sólo andaba jugando con la comparación del 3 de mayo de Goya y de la libertad de Delacroix y ya veis...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Al menos, creo/espero que aquí no se votará nunca un programa como el de Sarkozy...

Profesor Portillo dijo...

Eso espero yo también, aunque ya se votó un programa como el de Aznar y el terrible comportamiento político de Rajoy no parece afectar a la valoración que de él tienen muchas personas.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Me temo que tienes razón.

Miedo me da...

Umma1 dijo...

Nunca vi en el 3 de mayo, sino un símbolo de resistencia.
En las luchas de las naciones hay victorias morales. Y me parece que eso representó Goya. Nunca cumple mejor su función un artista que cuando representa su tiempo. Y Goya nos dejó un testimonio magnífico.
También es verdad que algunos movimientos, revoluciones, etc, son de orden nacional, al menos en apariencia, y otros influyen sobre el pensamiento del mundo, motorizando a otros pueblos a situaciones similares por eso la visión de Delacroix.
Detrás de cada acto de representación hay una carga ideológica, pero también una intencionalidad.
Me parece mucho más inspirador el cuadro español que el francés.

Muy interesante el post.
Saludos

Anónimo dijo...

Bueno, yo no quería decir que la crítica goyesca no suponga un ideal ilustrado ni que el 3 de mayo no inspire a la resistencia y la lucha. Me estaba refiriendo más a los tonos. La serie negra, los caprichos y otras pinturas destacan -de modo muy crítico sin duda- la realidad terrible de la España más rancia, supersticiosa, tradicional y, al mismo tiempo, marrullera, pícara, tramposa... No quiero decir que Francia no tuviera su equivalente, sino que se las apañó para que su imagen fuera la del progreso, la Razón Ilustrada, la crítica destructiva del pasado y constructiva de un futura racional, del progreso... y las imágenes también actúan sobre la percepción de las propias posibilidades. El cuadro de los fusilamientos del 3 de mayo es un grito de protesta y de batalla, pero no deja de mostrar la realidad contradictoria del invasor, enemigo, asesino y, al mismo tiempo, símbolo de la ilustración, fusilando al pueblo que defiende su propia determinación, pero a través de la defensa de un rey conservador que bailó con uno y con otro siguiendo su propio interés...