viernes, 7 de septiembre de 2007

The Yellow Book. Aubrey Beardsley

The Yellow Book Aubrey Beardsley editó e ilustró The Yellow Book, que acogió a lo más vanguardista de las letras inglesas en la época (1894 - 1897), hasta que la reacción victoriana presionó para que fuera separado de esta publicación a causa de sus buenas relaciones con Oscar Wilde, cuya Salomé había ilustrado en 1894, tomando como excusa la condena de Wilde en abril de 1895.

No es extraño que se buscara la manera de poner dificultades a esta publicación si recordamos lo que Henry Harland, el editor literario de la revista, comentaba cuando recordaba que la idea de la misma surgió en el día de Año Nuevo de 1894:

The Yellow BookEn una de las más densas, ensopadas y amarillentas de todas las más infernales nieblas de Londres, Aubrey Beardsley y yo estuvimos toda la tarde sentados juntos... Nos dijimos el uno al otro que pensábamos que era una pena y una vergüenza que las editoriales de Londres se sintieran más tiempo bajo la obligación de rehusar cualquiera de nuestros buenos manuscritos... Y allí y entonces decidimos tener nuestra propia revista... y el siguiente día tuvimos una cita con Mr. Lane.

traducido de The Victorian Web

[In one of the densest and soupiest and yellowest of all London's infernalest fogs, Aubrey Beardsley and I sat together the whole afternoon... We declared to each other that we thought it quite a pity and a shame that London publishers should feel themselves longer under any obligation to refuse any of our good manuscripts...And then and there we decided to have a magazine of our own...and the next day we had an appointment with Mr. John Lane.]


Enlaces a obras de Aubrey Beardsley:

- Artcyclopedia.

- Art Passions.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre me arrepentiré de no haber respondido a tiempo al maraviloso detalle de Carlos. Este comentario surgió a raíz de la última vez que tuvimos ocasión de hablar. Fue en casa de Bego en la playa. Le hablé de mi pasión por Wilde. El me comentó que conservaba unas postales de Aubrey y que de alguna manera me las haría llegar. Y cumplió su palabra. Lemento muchísimo no haber tenido ocasión de prolongar una conversación que prometía ser tan espléndida como enriquecedora. Tal y como adivino que era él. Yedra, un beso. Marta.